La revolución judía

A lo largo de su historia el pueblo judío ha vacilado entre la tentación del aislacionismo y los riesgos de abrirse al mundo, que sean los que sean, son la única vía permitida ya que ha recibido algo que debe compartir con todos. Si no lo hace perderá su título de judío.

Por desdicha el “lado cerrado” parece estar ganando, particularmente bajo la influencia de la locura fascistoide israelí. Por tanto, sin un cambio radical, el pueblo judío desaparecerá. Entonces, otros tomarán su lugar – este proceso ya empezó – como “luz entre las naciones” rebajando a los judíos a una pandilla de mediocres pobladores del planeta, egocéntricos, paranoicos, ávidos de mezquinas riquezas.